Una investigación internacional revisa la utilidad de los betabloqueantes postinfarto en pacientes con fracción de eyección superior al 50%

El jefe de servicio de Cardiología de Valdecilla, José Maria de la Torre, ha participado en el comité científico del ensayo
Imagen recurso de corazón (Foto: Envato)
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Santander, 8 de octubre. La prescripción rutinaria de betabloqueantes tras un infarto de miocardio es una de las prácticas más consolidadas en la cardiología moderna. Los resultados del ensayo clínico internacional REBOOT, recientemente publicados en The New England Journal of Medicine, demuestran que estos fármacos no aportan beneficios clínicos en pacientes cuya fracción de eyección del vintrículo izquierdo –indicador clave de la función de bombeo del corazón-se mantiene por encima del 50% tras el evento coronario, es decir, cuando la función cardiaca está preservada.

El jefe de servicio de Cardiología de Valdecilla, José María de la Torre Hernández, ha participado en el comité científico del ensayo y lideró, junto a su equipo, la participación del centro hospitalario que se sitúa entre los diez con mayor número de pacientes incluidos.

Los resultados de REBOOT, que ha hecho seguimiento durante una media de 3,7 años a más de 8.500 pacientes de 109 hospitales en España e Italia, no mostraron diferencias significativas entre los pacientes tratados con betabloqueantes y los que no los recibieron en cuanto a mortalidad total, reinfarto o ingresos hospitalarios por insuficiencia cardiaca. Estos hallazgos cuestionan una recomendación clínica que se mantenía desde hace más de cuatro décadas, basada en estudios previos a la era de la reperfusión coronario inmediata, como el uso generalizado de estatinas y la doble antiagregación.

A pesar de estos resultados, los investigadores insisten en que los betabloqueantes continúan siendo fundamentales en pacientes con fracción de eyección reducida o con insuficiencia cardiaca, contextos en los que han demostrado de forma consistente mejorar la supervivencia y reducir complicaciones.

Además, se recuerda que hay pacientes con función cardiaca preservada que pueden seguir necesitando betabloqueantes por otras razones, como el tratamiento de la hipertensión arterial o determinadas arritmias. Por ello, se recomienda que cualquier paciente que esté en tratamiento con estos fármacos y tenga dudas, consulte con su médico.

El estudio ha sido coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), bajo la dirección del doctor Borja Ibáñez, y se considera uno de los ensayos más relevantes realizados en el ámbito de la cardiología en las últimas décadas. Su impacto ha trascendido la publicación científica, con presentación destacada en el Congreso Europeo de Cardiología, el mayor evento mundial del sector, al que asistieron más de 34.000 profesionales.

Por otro lado, el trabajo ha abierto nuevas líneas de investigación. Otros análisis del ensayo han sugerido que las mujeres con fracción de eyección preservada podrían experimentar más efectos adversos asociados a los betabloqueantes, especialmente a dosis elevadas, lo que pone sobre la mesa la necesidad de desarrollar estudios específicos que analicen las diferencias de respuesta según el sexo. También otros estudios en marcha explorarán el comportamiento de estos fármacos según el tipo de infarto.

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